La novela Matar a un ruiseñor de la escritora norteamericana Harper Lee fue llevada al cine en 1962 por el director Robert Mulligan. En ella se cuentan diversos episodios de la vida en un pueblo del sur de Estados Unidos durante los años de la depresión desde el punto de vista de una niña. El personaje principal es el padre de la niña, el abogado Atticus Finch.
Vamos a ver el final de la secuencia del juicio. Como se puede ver Atticus es un idealista irrecuperable que afirma que todos los hombres han sido creados iguales y que todos son iguales ante la ley. Y lo dice en una sala donde los negros no pueden estar junto a los blancos y han sido confinados en piso superior y donde el acusado negro es juzgado por un jurado compuesto únicamente por blancos, el resultado estaba cantado. Nos caen bien estas personas que siguen creyendo en los ideales a pesar de las evidencias.
Nos gusta mucho el juez. Vale la pena fijarse en su expresión cuando escucha el veredicto del jurado y cómo abandona la sala.